Mittwoch, 10. Februar 2010

Una Historia Real

¿Hay un mundo virtual?. ¿Podríamos decir que vivimos en un mundo real y que después de este mundo real existe otro paralelo que nada tiene que ver con el que estamos y donde vivimos?. A veces hablamos de los sueños para explicar o dar sentido a ese eufemismo que tanto tenemos en la boca y tanto y tanto mencionamos; “Mundo Virtual”.
Pero yo dudo de que exista ese mundo virtual. Los sueños, sueños son y nada tienen que ver con el mundo “despierto” con el mundo donde vivimos en vigilia, salvo que pertenecen y forman parte de nuestro mundo real. Lo llamamos “real” ¿pero es real?

¿Qué es lo real y que no es lo real?

Seguro que hay miles y millones de personas que podrían contestar rápidamente a esta pregunta y sin ninguna duda sobre lo que dicen. Y seguro también que habrá miles o millones de respuestas diferentes para definirlo y explicarlo.
¿Cómo es posible entonces? ¿Acaso es que hay miles y millones de mundos que son reales y cada uno de ellos es diferente?
Creo que no, solo hay un mundo real, solo hay una realidad verdadera y auténtica en la que todos vivimos y en la que entra el mundo virtual de los sueños y de Internet. Todo está comprendido en él, en el mundo real verdadero todo se explica, todo tiene sentido, nada sobra, es justo, a cada uno le da lo que le corresponde. En él las cosas nacen de sus iguales, dentro de él no hay lugar para palabras o explicaciones, no existe la duda.
Y su característica principal, lo que le hace mágico, lo que define y hace sagrado al mundo real es que en él existe el “Libre Albedrío”, se puede elegir, nada está determinado porque su ley es la de causa-efecto y para que exista esa ley debe existir la LIBERTAD de elegir.

Internet está dentro del mundo real y su “virtualidad” también, lo que pasa dentro pasa fuera, si yo escribo sobre mi adicción a la heroína en Internet forma parte de la realidad de las cosas, de mi vida real y todo lo que se produzca por el hecho de escribir sobre eso, cualquier efecto, igualmente pertenece al mundo real. No hay mundo virtual en Internet hay solo “El” mundo. La historia que contaré es tan real en todos sus términos como lo son los océanos, bosques, colinas, praderas, lagos y montañas del mundo físico.

Mi historia es la historia que se originó al escribir en Internet mis secretos más íntimos sobre mi adicción. En si misma la propia adicción fue, es y será “mi” secreto. E ingenuamente y puede que por satisfacer mi ego puse ante los ojos de miles de personas, haciendo que reaccionaran según su naturaleza les dictó y actuaran según reaccionaron y produjeron a su vez otras reacciones y empecé una cadena de causas y efectos que me sobrepasó, que me abrumó, que me sepultó, que pudo conmigo.
Al querer dar vida a la carne inanimada mediante un efecto conocido y presente en la naturaleza, la electricidad, el Dr. Frankenstein obtuvo su monstruo. Yo concatené hechos parecidos por mi ignorancia a lo que pudiera pasar, al jugar con algo que no conocía sus reglas ni tenía experiencia para tomar precauciones. Simple y llanamente cual Prometeo internauta el experimento me estalló en las manos quemándomelas, y no solo mis elementos de trabajo como mis manos sino que alcanzó el origen mismo, el principio, la causa de todo ello, mi mente y con ella mi corazón y con él, mi Alma.

Como en todo cuento gótico por mi arrogancia imprudente, por mi orgullo suicida, por mi curiosidad malsana, por mi aferramiento a todo deseo que se instalara en mi mente, fui conducido directamente al mostrador donde el Diablo compra las Almas de los pobres desdichados que se creyeron más que sus propios dioses. Así fue como apresado en la finas y pegajosas fibras de la red de la araña, el Diablo me arrebató lo más preciado que todo ser humano posee; su Alma.
Vendí mi alma por 33 alegres sentimientos, por 33 eficaces deseos, por 33 excitantes revolcones sexuales, por 33 verdaderos secretos, por 33 sinceros “te amo”, por 33 maravillosos insomnios, por 33 no cumplidas esperanzas, por 33 veces 33.

Se me avisó de manera que no entendí, se me sujetó la mano que sostenía el cuchillo preparado para romper la cuerda que ataba la caja de la que yo pensaba que saldría mi felicidad o siquiera la fórmula de hallarla…nada hubo que sujetase el ansia de arrancar la tapa de esa maravillosa, preciosa y verde esmeralda caja que tenía frente a mis ojos.

Abrí, con saña y cansado de tanta preocupación por no hacerlo, la verde y color trigo en agosto pequeña caja y al hacerlo, en tropel, desordenadamente con furiosas ansias de libertad los truenos, rayos y centellas llenaron todo el campo de mi visión y cual fulgurante luz de soldadura, ciego me quedé.
Y es aquí y ahora, en este estado de ceguera total donde transcurre la historia real que contaré.

Fin del segundo capítulo.

3 comentarios:

Anonym hat gesagt…

ya estoy impaciente por el siguiente, por conocer tu vision de lo que hizo aquel blog.

Anonym hat gesagt…

Fe en el otro. En las pabras que no se dicen. Gacias.

Anonym hat gesagt…

Fe en el otro. La mejor visión sin duda. Y las palabras que ya nunca más se diran, aunque siempre estaran. Gracias, a ti.