Freitag, 8. Januar 2010

Lección # 1

Sabemos que nuestra mente puede adoptar varios estados, sabemos que la mente es moldeable y que podemos alterarla con sustancias que conocemos. Sabemos que la mente es el lugar de origen de nuestros actos, a veces incluso sabemos como está en un momento determinado si estamos atentos. Sabemos todas esas cosas de la mente. La mente es plástica, se moldea, adopta diversos estados, nos condiciona y nos movemos gracias a que la mente emite pensamientos que hacen que nos movamos, en una u otra dirección.

Conocemos ciertas sustancias que alteran nuestra mente, las drogas. Esas drogas que atraviesan la barrera hematoencefálica e inundan los líquidos y la sustancia blanca y gris de nuestra mente, haciendo que millones de extraños y complejos pensamientos nazcan en ella, incluso modifican nuestra percepción visual, táctil, olfativa, y crea un universo nuevo, no conocido, alterado, que percibimos como propio y nos asombra.
La mayoría de las veces, cuando ocurre lo que estoy contando, imperceptiblemente, sibilinamente, nuestro carácter y nuestra forma habitual de pensar y de hacer funcionar nuestra mente, cambia. Sin darnos cuenta cuando alteramos nuestra mente también alteramos nuestra más profunda manera de ser y, como si se tratase de una lección alquímica, nos convertimos en otra persona con otros pensamientos, otras motivaciones, otros objetivos, otro umbral de dolor, ética, educación y ambición.
Nos transformamos en otras personas porque nuestra mente se altera y percibe el mundo que nos envuelve en otra cosa, ni mala ni buena simplemente en otra cosa.

Cuando tomas heroína ocurre está lección alquímica. Cuando fumas heroína eres otra persona diferente a la que has sido hasta entonces. Cambia mi carácter, cambia mi forma de ser y mi personalidad. Me transformo como un maltrecho y agobiado Mr. Hyde. Capaz de los actos más horrorosos y grimosos de los que es capaz un ser humano. Altero mi condición convirtiéndome en un Jonky, evidentemente hay jonkys de todas las clases y capaces de hacer todo tipo de actos, pero nunca se deja de ser un “Jonky”. Fumar heroína tiene esa magia, uno se convierte en un jonky. Se actúa y se piensa como un jonky. Se vive y se ama como un jonky. Y ¡oh Paradoja! nunca se da uno mismo cuenta de que se es un jonky, se es un jonky pero no se ve que es un jonky, es la venda invisible que cubre los ojos mentales del jonky. En todo lo que se hace o piensa se es un jonky pero todo lo que uno hace o piensa no se ve como si fuera un jonky. Existe la incapacidad de autoobservarse no existe un espejo donde uno se refleje como jonky y por consiguiente jamás pensé que yo lo era, y aún sigo siéndolo aunque no fume ya.

Ahora mi ventaja al no fumar y no tener la mente bañada por la heroína es darme cuenta de todo esto. Cualquier droga que altere nuestra mente o consciencia produce estos efectos, no solo la heroína es causante de semejante transformación, otras drogas parecidas como la “farlopa”, la “maria”, el “LSD” y otros alucinógenos, y no parecidas como los psicotropos e incluso ciertos estados mentales como la paranoia, la bipolaridad, la esquizofrenia…pueden transformar una mente determinada en otra cosa diferente y horriblemente pero ciertamente no darse cuenta la persona que padece tal estado mental.

¡Qué triste! Es algo estremecedor que ocurra cosa semejante. Ahora, en estos días en los que mi mente recupera mis olvidados hábitos, mis olvidadas preferencias, ahora que recupero mi antiguo ser, mi consciencia, mi mente, es ahora cuando me estremezco y pienso en toda esa pérdida de tiempo. Ese haber dejado de disfrutar la vida, ese haber dejado atrás el maravilloso tiempo que pudo haber sido y que no fue. Es ahora cuando al verme como soy puedo comprender lo que fui. Y no me gusta, no me gusto, mejor dicho no me gustaba y no me daba cuenta.

Nadie puede vivir la vida de otra persona, nadie puede ayudar a otro a cambiar su mente o su forma de ser. Jamás lo conseguirá porque no se puede. Si alguien quiere cambiar tendrá que hacerlo solo, con dolor y esfuerzo, hasta que no se de cuenta de que está en sus manos el poder cambiar, no cambiará. No existe una persona que pueda alterar el curso mental de otra persona, se tiene que pasar por diversas fases, escalones, etapas, las cuales tienen que ser pasadas como Dante pasó por los diversos círculos del infierno. Nadie conoce a nadie, es uno mismo el que tiene capacidad para conocerse y cambiar.

Ahora eso sí!! Cuidado!, pues si se puede dar Amor, compasión, compañía y comprensión, eso si, eso puede darse a toneladas, eso jamás se agota porque de eso tenemos cantidades infinitas cada uno de nosotros. A esa persona a la que se le quiere ayudar está receptiva y está atenta a recibir todo eso; Amor, compañía, compasión y comprensión. Y si se consigue y se da con generosidad entonces si que la vida es maravillosa y si que se pueden producir milagros.

Y la vida es un milagro
Y el cambio es posible desde dentro
Y la ayuda se da en forma de anhelo y deseo
Y el milagro se produce
Y cuando llega lo hace en forma de magnífica sorpresa llena de felicidad

Y solo me queda decir; Gracias.