Donnerstag, 22. Mai 2008

Sin Comentarios


No sé si me hace gracia o justo todo lo contrario, me he pasado muchos años preocupándome por el qué dirán, intentando quedar bien, he procurado que no se me notase que estaba colocado, que fumaba heroína, que era un jonky. Lo hacía porque pensaba que no era agradable que la persona que tenía enfrente supiese que podía mentir, que podía vender mi alma al diablo, que podía dañarla en sus sentimientos, que incluso pudiera agredirla con mis palabras, indiferencia y todas esas cosas que hacía, que hacemos los jonkys.
Hay algo sagrado para un jonky y es tener heroína para fumar, es su única preocupación, es su objetivo, para ello vende lo que sea, hace lo que sea. Las 24 horas del día tiene sino en sus pensamientos si en el subconsciente el ir a pillar, ponerse, colocarse y todo lo demás, todas esas preocupaciones que nos asaltan cuando vivimos a pelo, sin drogas, no existen para el jonky. Piensa cuando ir, como ir, con quien ir, si habrá o no policía a la entrada del poblao…es todo un trabajo agotador que no deja que te ocupes de otras cosas.

Pero…..

Sí, hay un pero. Tenía que vivir, trabajar y tener relaciones sociales, era necesario no porque me gustase sino porque tenía que alimentar mi adicción y tenía que seguir con la vida que empecé antes de ser jonky. No creo que deba decir que desde que nací no fui un jonky, que con mis primeros pasos no se me ocurría decía “mama, fumar. Mama chino. Mama poblao”. No, era normal, fui normal mucho tiempo y adquirí los hábitos de una vida normal como todos, lo que ocurrió es que llegado a un punto no pude resistir las tentaciones y tampoco pude escapar de mis amigos y de mi vida en Madrid en unos años en los que la droga circulaba libremente por las calles y casi todos eran camellos, hasta el alcalde de Madrid en memorable ocasión dijo eso de “Todo el mundo al loro y a colocarse”. Creo que fue en unas fiestas del patrón de la ciudad, San Isidro, luego no es raro que en aquellos años entrara, para no desentonar, en el exclusivo y caro club de los jonkys.
Fue duro porque tuve que seguir con unos hábitos y educación que me daba por culo, que sentía ajena y que me molestaba profundamente parecerme a la gente normal. Estaba por encima de todos ellos, yo fumaba heroína y tenía experiencia y conocimiento que ni por asomo tenían los que se cruzaban en mi vida, trabajo u ocio. Éramos un club aparte, éramos gente especial, a veces magnética, éramos y eran gente muy preparada en muchas cosas, profesionales de la música y de otros campos, como yo, pero nos drogábamos y eso tenía un valor añadido a la simple existencia al simple vivir día a día. Conocí gente excepcional, vi como iban apagándose como velas a punto de consumirse, estuve en entierros, escuche homilías, puse flores en sus tumbas. La inteligencia, el conocimiento curiosamente no están reñidas con las drogas. Pasa como ciertos esquizofrénicos que son excepcionalmente válidos e inteligentes pero tienen ese problemilla, se les va la pinza. Los jonkys de aquella época, de mi generación eran así. Después, quizá, los hermanos pequeños fueron de otra manera y los de hoy en día de otra. Son los que yo conocí, claro que hay gente de todo tipo enganchada, es obvio, por eso no lo menciono.
Todo esto viene a que cuando eres un jonky y tienes que seguir con tú vida normal eres muy diferente a cuando sigues siendo un jonky pero ya no te pones, no te colocas, no fumas, eres “normal”, vives atento a la vida. La personalidad del jonky que se te pega es borrosa, espesa, egoísta, llena de deseo por todo lo malo y obscuro, es una personalidad muy difícil de convivir con ella, te irritas y no tienes en cuenta a la persona con la que estas, se es uno mismo, fuera de mi persona existe la nada, los demás son accesorios y poco más que figuras de cera que no cuentan. Es pesado atender a las personas normales con las que convives, no las entiendes, no comprendes sus preocupaciones, ni siquiera te interesan. Ese trato que doy a los demás cuando estoy en la vorágine del galope con el caballo no es el que se acostumbra a dar en situación “civilizada y limpia”.
Hay algo muy característico de esa etapa y es que no se desea nada del futuro, salvo ir a pillar, el futuro es muerte y no interesa. Y esto condiciona cualquier trato humano. No esperaba nada, no creía en nada, no tenía religión salvo adorar al “chino”. Todo lo que me ocurría no tenía capacidad de sorpresa, todo era bienvenido como el mal o buen tiempo, así sin más. Trae problemas. Sobre todo problemas con personas de sexo contrario. Esas personas que aparecen en mi vida, como en la de cualquier otra persona, y se dan de bruces con todo esto, pues no conocen a otro Jody salvo el que está delante en esos instantes.

Es toda una catarata de emociones, sentimientos desbordados, incomprensiones, falta de tacto, mentiras, sobre todo mentiras lo que aparece a la vista de esas nuevas personas. Yo sigo siendo un jonky pero ellos no, yo soy todo lo que hay escrito ahí arriba, ellas no, ellos no. Trenes chocando, ciclones arrasando, “tormentas perfectas”. Así son las relaciones entre alguien normal y un jonky, es tan salvaje la lucha que el agotamiento cala hasta lo más profundo haciendo huella como la de un curso de agua en la roca. Huella eterna, para siempre.

La vida sigue, las personas aparecen, la lucha existe, las rupturas duelen, el “The End” es dramático y nunca, jamás es un final feliz. Es la mala suerte de encontrarse con un jonky y su personalidad y sus problemas y su vida. Es esa experiencia a la que no se está acostumbrado, son los buenos motivos que dirigen a personas integras, buenas y llenas de fe hacia el jonky lo que es puro, el resto no lo es, es pura mierda agobiante, asfixiante. Por desgracia los sentimientos que todo el mundo tiene, las emociones que todo el mundo conoce, los razonamientos que todo el mundo emplea, también los tengo yo como jonky. Y también se desbordan en mí y también nacen, crecen y mueren, como en ellas, como en todos, solo que no es lo mismo. La buena fe la transformo en desesperación como si fuese la piedra filosofal convertida en oro, el buen corazón lo mancillo con mis escupitinajos, la belleza se convierte en algo en venta, la inocencia la estrangulo y despedazo como un cerdo Jack el destripador de barrio bajo. Mi paciencia, mi orgullo, mi deseo están enfermos por la heroína, pero no lo saben, piensan que es rareza o personalidad… ¡por Dios! ¡Qué fatal suerte la del niño al encontrarse con Pantagruel!.
Todo en un jonky es prestado y ficticio, todo en alguien libre de drogas es como sea, pero es autentico, propio de quien lo lleva. La mentira en un Jonky es el oxigeno que respira, pues debe ponerse, colocarse. El egoísmo es su escudo, la ironía su daga, la indiferencia su látigo, el escarnio su manera de caminar, pisotear es una labor frecuente a la que rápido me acostumbre. El olvido es inconsciente. Nada se puede hacer, nada hay que salvar, nada que conocer. Todo es mierda. ¿Pero es que no lo sabéis, coño?.

Ahora soy alguien que va por la calle, que coge el metro, que te encuentras en una ventanilla, que ves tomando una copa, soy alguien corriente y con los atributos que todo el mundo tiene. Ahora soy simple y no complejo, ahora creo que soy así. Vivo la vida a pelo y me asusta, veo a las personas que antes habían tenido la mala suerte de conocerme y ya no me creen, pues no comprenden que ahora soy como ellos, mejor o peor pero sincera y autentico, como ellas. En esta vida sin heroína estoy acobardado como la gata callejera a la que se le da palos y maltrato. No entiendo la vida de momento, debo desperezarme y pasar un periodo de adaptación, es un cambio profundo que me confunde, es un dolor reconocerme como antes de…, es un profundo y lacerante dolor saberme sobrio y reconocer todo lo pasado.


No puedo arreglar las cosas y eso para mí es peor que ser jonky , peor que no tener futuro porque el futuro es muerte y es por todo esto por lo que digo…
Sin comentarios

2 comentarios:

Anonym hat gesagt…

joder tio qe cojonudo post te has hecho, me has removido la mierda de una mnera de esas qe molan sabes yo tamb soy jonky y por todo eso qe escribiste qe compartimos y mucho mas mas de lo qe es parte de ser jonky y me ha molado bastante, sige escribiendo asi colega qe va bastante guay dale, saludos desde mexico oaxaca

juanrisaz hat gesagt…

QUE hijueputa escrito, me representa ampliamente, representa mi personalidad de junky a pesar de que llevo 2 meses sin consumir, sigo cargando el costal de mi adiccion a la merca y los efectos sobre mi caracter,hoy estuve a punto de recaer me levante con un nubarron negro encima, estos textos me han servido bastante en mi proceso.No se si le interese pero le agradezco este espacio. RICARDO-COLOMBIA