Freitag, 10. Oktober 2008

Realidad Inversa

Hay algo que te enseña la vida según va pasando, es muy sutil porque la mente humana tiende a no creerse lo que ve. Parece mentira pues no hay cosa más fácil que ver las cosas que se miran, cuando miro un coche tendría que ver un simple coche, formado de partes ensambladas, objeto impermanente, que con el tiempo caducará, algo que en sí no sirve más que para trasladarnos de un sitio a otro, objeto sin más complicaciones. Pero nuestra mente va siempre más allá y ve al coche como algo más. Cuando miro un coche no me paro en lo que he dicho más arriba sino que empiezo a elaborar pensamientos con rapidez. Pienso “es un coche igual que el que tiene fulanito”, “ese color no le pega y me gusta más si fuera de este otro color”, “me gustaría o no me gustaría conducirlo, tenerlo…” “ha debido costar un pastón o es muy barato”, “con este coche me iría a tal sitio a ver a tal persona o a hacer esto que llevo tiempo queriéndolo hacer y no lo hago porque no tengo un coche como este”… es peligroso pues si no paro mi cabeza puede empezar así y llevarme a insospechadas cotas de autentica estupidez mental, Puedo elaborar miles de teorías y pasarme un buen rato fantaseando con la simple mirada a un simple coche.

La vida según pasa te enseña que la mente aparte de irse por los cerros de Úbeda, engaña. Te enseña que debo de andar con ojo pues que pase con los objetos es malo pero que pase con las personas es horrible. Al ver a una persona que anteriormente no he visto soy capaz de elaborar una completa novela en pocos segundos, pensar de todo acerca de esa persona que acabo de ver, hacerme una idea firme sobre ella hasta tal punto de poder discutir con esa misma persona por que no coincida lo que yo he pensado con lo que esa misma persona me dice acerca de ella. Me creo una ilusión, pongo a trabajar mi imaginación y fabrico algo que en la vida real no existe. Algo tan fuerte y poderoso aún a pesar de ser inexistente que llega a destrozar la posible amistad o amor que pudiera darse con esa persona.

La vida te enseña que no hay nada “real” si tomamos como realidad lo que yo pienso acerca de lo que veo. Si pienso un poco más allá de lo que se hace normalmente me doy cuenta de que los pensamientos no tienen existencia física ni real, pues es al concretarlos en forma de actos cuando se hacen reales. Y tampoco porque los actos significan miles de cosas también. Es algo largo y enrevesado de escribir y creo que tampoco es este el lugar para un ensayo sobre todo esto. Solo quiero decir que la vida te enseña que la realidad se compone de todos esos pensamientos que tengo acerca de lo que veo o de lo que elaboro a partir de mis sentídos y no de algo que este fuera de mi, algo que no me pertenezca. Cuando no había pasado muchos años sobre la vida no fui capaz de percatarme de esta realidad inversa y mi vehemencia me dio muchos disgustos, es aún ahora si no estoy atento que me pasa lo mismo y sufro como un desgraciado cuando pierdo las cosas que amo o me gustan por pensar que todo es según el color del cristal con que miro las cosas.
Más me duele cuando veo a otras personas caer en la sutil trampa que nos crea la realidad, la vida y por ello ver que la visión que tienen de lo que a mi me pertenece por ser mis propios pensamientos, actos o palabras, sobre todo pensamientos que son formados por mi mente a través de una gran elaboración y mezcla de sentimientos, emociones…de simplemente vivir mi vida, de luchar, como todos lo hacemos, en el campo de batalla de la vida. Esa experiencia que solo es mía, que solo me pertenece y no puede ser de nadie más, me duele cuando veo que es tratada por otra persona de acuerdo a sus fantasmas mentales, a sus engaños mentales y forma una elaborada teoría del porque soy de una manera, del porqué me comporto de otra manera, en definitiva de exponer una definición concreta, determinada, inamovible y permanente de lo que yo soy. Esto todos lo hacemos, esto a todos nos pasa. Hace poco he perdido a alguien por esta sutil trampa de la realidad inversa. Muchas veces pienso porqué no soy capaz de mantener mi mente limpia de prejuicios, libre de proyecciones de mi realidad sobre otros. ¿Es qué es tan difícil?

Dienstag, 7. Oktober 2008

Mi vida no es tú vida




La vida es triste, lo creo porque veo como engaño y como me engañan. Puede que haya personas que crean sinceramente que ellas no engañan y puedan justificarse con elaboradas teorías. El engaño no viene de la razón pues está ocupada en justificar el propio engaño, en buscar firmes puntales para su asqueroso edificio de engaño. Viene de la entera naturaleza humana, viene de mi mente entera y no solo de una parte como es la razón. En nuestros engaños empleamos toda nuestra mente con sus 51 factores mentales, todos están al servicio de mi engaño, a mi mismo y a los demás. La mente primaria, compuesta por los sentidos, absorbe lo que nos rodea y da la capacidad para interpretar la vida, nuestro entorno. La mente secundaria, compuesta por emociones y sentimientos, es la que se inclina hacia la defensa del “yo”. Debo salvar mi ego para presentarme a los demás como un ser humano honrado, consecuente, puro, alguien en quien poder confiar, y para ello debo enseñar a los demás que soy de fiar. Y no hay más solución que ponerse la máscara de la honradez, de la pureza, del ser consecuente, y debo hacerlo para ocultar mi verdadera naturaleza, la del engaño. La máscara del engaño, de la transformación de nuestro interior y tendencia en algo comestible para los demás, la máscara que me oculta de la tristeza de saber cuanto me estoy engañando y cuanto estoy engañando.


Pobre de mi que pienso que no engaño ni miento, pobre de mi que no me doy cuenta de lo que hago, más bien de lo que hace mi mente. Estoy tan absorto en parecer esto o aquello que ni siquiera me percato de que es mi mente la que continuamente me engaña. Es simple veo lo que me rodea y lo interpreto de acuerdo a mis deseos e intereses, no es más, no hay más. Y es evidente que la vida no es así, no puede darse esa tremenda casualidad de que la vida sea exactamente igual a mis intereses a mis deseos a mis caprichos, todo está en función de mi ego y de lo que él quiere. Me cubro con mi máscara de Jody Dito todas las mañanas al levantarme y voy por la vida arrasando sentimientos y emociones de los demás, esas que no casan con las mías, esas que entran en conflicto con mis deseos, esas que no me dejan vivir. Pues sé que la vida es como yo la v eo y no como la ven los demás. ¿Existe algo objetivo? , puede, pero si existe no soy capaz de verlo porque por simple definición dejaría de ser objetivo. No hay escapatoria; engaño.


La vida es triste porque no es real ni bella. Son mis ojos y mi olfato los que penetran en la vida y son mis sentimientos y emociones los que están en mi mente y de acuerdo a ello vivo y me relaciono con los demás. Jamás tengo en cuenta lo que puede querer “el otro” porque no casa con lo mío y si por un casual coincide, rápidamente llega ese momento en el que descubrimos los genuinos intereses de la persona de la que creemos estar enamorados, cuando eso ocurre y vemos que hay diferentes formas de interpretar lo que yo veo, siempre intento hacer prevalecer (mi)“la verdad” de lo que percibo y que siempre coincide con la propia vida y realidad. Son ya muchas veces las que han sangrado mis propios sentimientos muchas veces las veces que se han desgarrado mis emociones cuando aparto el velo con el que miro a la vida y veo que hay otras formas inteligentes de vida, son esas personas que me rodean esas a las que quiero, que veo que no son iguales a mi ni siquiera son como yo me hice la idea. Esa poderosa imaginación que todo lo tiñe, cuando se descolora y sale el propio color de la persona amada me desilusiono, creo volverme loco al ver que no tengo nada en común, pues soy libre de ver la vida según me place igual que ella, y ¿por qué ha de coincidir?. Pero quiero que todos vean esa vida mía como yo la veo y me obceco y lucho a brazo partido por ello, pero nada consigo salvo volver a estar solo, volver a ver la vida engañado.
¿Por qué se debería ver la vida como un jonky adicto a la heroína?